img: En espera de asesoramiento legal (James Campbell, 1857)

Cuando se encontraron el derecho y el psicoanálisis. 
Qué tiene que ver el inconsciente y lo irracional con el funcionamiento judicial

Autor: Rakesh Shukla

 

El psicoanalista Rakesh Shukla argumenta que los jueces deben permanecer alertas a los efectos del inconsciente en la toma de decisiones judiciales.

En un litigio de derecho ambiental sobre la construcción de una carretera a través de un santuario de vida silvestre, el juez estaba furioso. Me extrañó que el juez se dirigiera al abogado que se opone a la carretera, en este caso a mí, como si fuera el autor de un delito. Parecía que era el extremismo de izquierda en la zona boscosa lo que había enfurecido al juez. El caso pudo haber desencadenado en la psique del juez temores y ansiedades latentes de “revolución”, aniquilamiento de los enemigos de clase, anarquía y caos. Asimismo, en un caso matrimonial de divorcio por crueldad, el juez puede declarar repentinamente que el problema en el matrimonio es que la esposa-médico altamente calificada no tiene tiempo para su esposo. En ausencia de sesiones de terapia con el juez, no podemos saber los motivos, pero es probable que haya factores en su vida personal que afecten el proceso de toma de decisiones judiciales. Estos son indicadores de la posibilidad de que factores que no pertenecen al dominio de la ley desempeñen un papel en la toma de decisiones judiciales. 

Bordea la blasfemia mencionar lo inconsciente y lo irracional al mismo tiempo que el funcionamiento del sistema legal. La base del derecho es la racionalidad y la lógica. Sin embargo, el derecho y los principios jurisprudenciales están mediados por el individuo –que pasa a adornar el estrado– el “Juez”. Los individuos por un proceso similar a la ósmosis parecen imbuirse de los sesgos, prejuicios y estereotipos de la religión, casta, raza, comunidad, género y orientación sexual de la comunidad, en la que han crecido y siguen sin ser conscientes de ello. Los sistemas legales de todo el mundo comparten la característica de no abordar esta área crucial para la administración de justicia.

Los sesgos y los prejuicios impregnan todo el edificio de la ley, socavando así la imparcialidad. La elaboración o redacción de la legislación se ve afectada por la personalidad del ponente. El ejecutor, el investigador, el fiscal, el abogado, el juez y el acusado, todos llevan y entran en el proceso con su equipaje.

La presunción de inocencia es el corazón de la jurisprudencia penal, ya que la condena conduce al encarcelamiento y la pérdida de la libertad del individuo. Quizás, impactadas por la moralidad, las leyes relativas a las sustancias estupefacientes y psicotrópicas a menudo parecen invertir la carga de la prueba y colocar la responsabilidad sobre el acusado de probar su inocencia. Los actos que constituyen un delito están definidos con precisión en la ley. Los ingredientes de delitos como el asesinato, el robo y el secuestro se describen en detalle sin dejar lugar a la ambigüedad. En contraste, las leyes de seguridad nacional relativas a las amenazas terroristas, posiblemente afectadas por ansiedades y temores sobre el desmembramiento de la patria-nación, tipifican delitos como sedición, “acto terrorista” y “acto disruptivo” dando una definición amplia y vaga que deja mucho espacio por el ejercicio del poder arbitrario por parte de los gobiernos. En el derecho penal, el consentimiento de un adulto es el factor crucial para determinar si se han cometido delitos como rapto, secuestro y reclusión ilegal. Impactados por las nociones de pecado, sexo y moralidad, en muchas jurisdicciones es común criminalizar a los trabajadores sexuales adultos que han dado su consentimiento para ejercer el trabajo sexual. 

Principios nobles como la presunción de inocencia, la carga de la prueba sobre la acusación y la evaluación de la evidencia se ven afectados por los factores inconscientes que intervienen en la psique del juez. Aparte de las disposiciones legales, un acusado cuya apariencia encaja en el estereotipo mismo de un drogadicto en la mente del juez engendra un sentimiento “visceral” de que “él es un drogadicto y debe haber cometido el robo” y en esto a su vez compromete y impacta “inocente hasta que se pruebe su culpabilidad”, así como la evaluación de la evidencia. De manera similar, un individuo acusado de “terrorismo” en apariencia encaja con el estereotipo de “terrorista” en la psique del juez, impacta la integridad del proceso legal. 

El impacto de las nociones y creencias del juez que impactan el funcionamiento judicial se vuelve marcado en los casos en que la corte de apelaciones revoca la decisión con base en la misma evidencia. En el caso del asesinato del ex Primer Ministro de la India Rajiv Gandhi en 1991, el tribunal de primera instancia condenó y condenó a muerte a veintiséis personas. El Tribunal Supremo absolvió a diecinueve personas con las mismas pruebas. En ausencia de sesiones con el juez, no podemos saberlo con certeza, pero factores como las ansiedades de desmembramiento de la nación en el contexto de la partición en Pakistán e India en 1947, el amor por la madre y la patria, la admiración por Rajiv Gandhi pueden haber jugado un papel y puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de las personas acusadas. 

Las decisiones judiciales pueden ser apeladas ante tribunales superiores por motivos legales. Las acusaciones de parcialidad contra un juez son motivo de desacato en la mayoría de las jurisdicciones. La autocorrección por parte del juez es el único recurso en este ámbito. Un taller o una conferencia no pueden, como una varita mágica, convertir milagrosamente a un funcionario judicial en imparcial. Es un proceso continuo de alerta y autoverificación consciente, que se esfuerza por minimizar el impacto de los sesgos, prejuicios y estereotipos en la toma de decisiones judiciales.




Biografía del autor:
Rakesh Shukla es analista y practicante legal. Se involucra con la compleja interfaz de la ley, la sociedad y la psicología, realiza talleres con jueces sobre cómo minimizar el impacto de los sesgos, los prejuicios y los estereotipos en el proceso de toma de decisiones judiciales y ha diseñado e impartido cursos sobre derecho y psicología.



 

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